Aquella noche me dormí después de pensar en su beso, y no en los azotes, o en los golpes con el cepillo. En nuestro interior, se agitaban tormentas de emociones como remolinos. Algo que estaba dormido, muy hondo, en mi interior, se había despertado y reavivado, de la misma manera que Aurora durmió hasta que el príncipe llegó a depositar en sus labios inmóviles un largo beso de amor.
Así era como terminaban todos los cuentos de hadas, con ese beso, y con felicidad para siempre jamás. Tenía que haber también para mí algún príncipe que me trajese un fin feliz.
Así era como terminaban todos los cuentos de hadas, con ese beso, y con felicidad para siempre jamás. Tenía que haber también para mí algún príncipe que me trajese un fin feliz.
2 comentarios:
oh no sabia que tuvieras otro blog??
Aunq esta medio raro aqui jaja.
"Aquella noche me dormí después de pensar en su beso, y no en los azotes, o en los golpes con el cepillo"
xD tss la violencia intrafamiliar donde sea esta jaja
Sip, pero estoy planeando cerrarlo-donarlo-modificarlo...tengo el fin de semana pa' pensarlo...
Y si que la violencia existe donde sea, jaja
:S
Publicar un comentario