domingo, 22 de marzo de 2009

cIncuenta

La gente está exhausta, infeliz y frustrada, la gente
es amarga y vengativa, la gente está engañada y temerosa,
la gente es iracunda y mediocre
y yo manejo entre ellos en la autopista
y ellos proyectan lo que les han dejado de sí mismos
en su manera de manejar.

Algunos más odiosos, algunos más disimulados
que otros.
A algunos no les gusta que los pasen, e intentan
evitar que otros los hagan.
Algunos intentan bloquear los cambios de carril.
Algunos odian los autos más nuevos, más caros.
Otros en esos autos odian los autos más viejos.

La autopista es un circo de emociones
chiquitas y baratas,
es la humanidad en movimiento, la mayoría
viniendo de un lugar que odia
y yendo a otro lugar que odia todavía más.

Las autopistas nos enseñan
en qué nos hemos convertido
y muchos de los choques y muertes son la colisión
entre seres incompletos, entre vidas penosas
y dementes.

Cuando manejo por las autopistas veo el alma
de mi ciudad y es fea, fea, fea: los vivos
han estrangulado
su corazón.

2 comentarios:

Unknown dijo...

La mayoría de la gente se transforma en lo que realmente son por dentro jejeje... como aquella señora de 1.55 m que al subirse a su Ford Expedition se convierte en algo similar a Hulk pero un poquito más encabronado...

psychobunny dijo...

Mmm...necesito ver mas TV...

Definitivamente...

:D Saludos!!!